-No gracias, creo que me llevare esto, ¡ah! Por cierto se me
olvidaba la estatua que adorna su escaparate donde la consiguió…
- La encontraron un grupos de marineros en el Océano Atlántico,
en un barco que estaba bajo el mar- dijo sin dejarme terminar la frase- cuesta
150€, si esta estatua hablase tendría grandes historias que contar…-prosiguió- bueno
aquí tiene ¿quiere una bolsa?-pregunto con el libro en la mano.
-Si por favor, ¿por cierto, que sabe de la estatua que no me
a contado?.
-Nada ¿Por qué debería saber algo?
-No se usted dijo que si esa estatua hablase tendría grandes
historias que contar.
-Jajaja- comenzó a reír- ya empezara a comprender cuando lea
ese libro que lleva ahí.
-Bueno nos vemos.
-Adiós que tenga una buena noches –dijo con una sonrisa que escondía
algo tras ese gesto- espero volver a verle.
Salí de aquel lugar con el libro en una bolsa, tras un rato
de paseo nocturno me pare en un parque, en el había varios jóvenes fumando
cigarros y porros mientras reían, me senté en un banco y saque el libro y empecé
a leer, cada letra, palabra, frase, párrafo, pagina de ese libro encogía mi corazón.
Cuando me di cuenta los muchachos que estaban fumando ya se habían
ido dejándome completamente solo, me extraño no oír el sonido de las motos y coches
de aquellos jóvenes al irse, mire mi reloj y al ver la hora me sobresalte habían pasado
cinco horas desde que salí de mi casa, ¿Cuánto tiempo pase en la tienda? ¿y en
el parque leyendo?, tras un momento de reflexión guarde el libro y me dirigí a
mi casa, donde seguramente estaría ella esperándome despierta, tras diez
minutos de camino, note como si alguien llevase siguiéndome desde que salí del
parque, me gire pero allí estaba yo solo en la calle, ninguna persona, ningún coche
funcionando, ninguna moto… ¿estaba empezando a afectarme el sueño? Pensé, así
que aligere el paso para llegar pronto a
mi casa, la sensación de ser seguido no desapareció hasta que me encontré en la
puerta de mi casa.
Tras entrar vi la luz del salón encendida y me asuste, cogí lo primero que vi que fue el palo de la fregona, y fui sigilosamente hacia el salón en guardia, tras atravesar la puerta del salón pude ver que la televisión estaba encendida y ella estaba en el sofá dormida con el teléfono móvil en la mano, parecía haberse dormido mientras llamaba o esperaba que la llamasen, no había que ser un genio para saber que esas llamadas eran a mi, pero ¿mi móvil no había sonado en toda la noche?, lo mire y pude observar que estaba apagado, intente encenderlo pero estaba sin batería, me dispuse a despertarla y aguantar el sermón que era respectivo por haber estado fuera toda la noche sin aparecer por casa, la desperté y se levanto sobresaltada, me miro y comenzó a llorar y me abrazo, para mi sorpresa solo me dijo:
-Te quiero…
Continuara…
Aprovecho este capitulo y publicito el blog de Lidia un blog en el que escribe cosas varias.
anxiousasphyxia.blogspot.com
A y comentadme dando vuestra opinion
No hay comentarios:
Publicar un comentario